Una mujer valiente y migrante como tú. Tomar la decisión de dejar mi país fue, sin duda, el acto más grande de valentía que he vivido. Y sé que en tu caso también lo fue. Porque migrar no es solo cambiar de lugar: es dejar atrás familia, recuerdos y un pedazo de ti, para empezar de cero en lo desconocido.

Recuerdo llegar solo con la ropa que tenia puesta, el corazón roto y una maleta llena de miedos. Lo único que me acompañaba era la fe, mis oraciones y una foto de mi familia. Y sí, fue duro, muy duro. Te sientes sola, extraña, como si el mundo no tuviera espacio para ti.

Pero aprendí algo que quiero compartir contigo: Dios nunca abandona a sus valientes. Cada lágrima, cada noche de incertidumbre y cada caída, fueron semillas de la mujer fuerte que hoy soy. Y si tú estás aquí leyendo esto, es porque también llevas esa fuerza dentro de ti, aunque a veces no lo veas.

Hoy quiero caminar contigo para recordarte que tu historia, por dolorosa que parezca, es también el inicio de tu propósito. Porque no viniste a este país solo a sobrevivir, viniste a trascender.

Y quiero que lo recuerdes siempre: grandes referentes también empezaron como nosotros.

Gloria Estefan llegó a EE. UU. siendo una niña refugiada cubana. Su familia lo había perdido todo, pero ella convirtió esa experiencia en música que hoy inspira al mundo entero. Ella es prueba viva de que tu historia puede transformarse en arte, propósito y prosperidad.

Tu vida y tu historia importan, lo que hoy te duele mañana puede ser tu testimonio de victoria. Y no estás solo: aquí estoy para caminar contigo en este proceso.